SEMANA DE LA FAMILIA
Animados por nuestra Iglesia peruana y por nuestra diócesis de manera particular, hemos organizado diversas actividades para celebrar el mes de la Familia. Reconocemos el gran papel que juega la familia en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, pero también, en la evangelización ya que es “Iglesia doméstica” y centro desde donde se difunde la fe en Cristo. En primer lugar, convocamos a una reunión para esposos tanto de la sede como de la Capilla Señor de los Milagros, con quienes organizamos este trabajo pastoral. Luego, en las misas del día 12 de setiembre, cuatro matrimonios dieron su testimonio en donde manifestaron cómo Dios los ha acompañado entre tristezas y alegrías, haciendo de su familia ese verdadero nido de amor y de esperanza. Luego, junto con estos mismos esposos se convocó a unos talleres tanto para adolescentes como para los padres de familia que se realizaron tanto en Cesar Vallejo como en Nueva Esperanza. Participaron tanto de la catequesis parroquial como de los colegios de la zona parroquial y en ello colaboraron eficazmente nuestros hermanos y hermanas que imparten el curso de educación religiosa con quienes venimos organizando la acción pastoral en las instituciones educativas secundarias. De esta manera, hemos podido hacer reflexionar y sobre todo, alzar nuestra voz en defensa de la familia y rescatar que es posible vivir el amor en la familia, pero para ello, hay mucho que cambiar y mejorar personalmente. ¡Manos a la obra! No olvidemos que Cristo quiso nacer en el seno de una familia. Es nuestra tarea seguir luchando por la unión de las familias.
Animados por nuestra Iglesia peruana y por nuestra diócesis de manera particular, hemos organizado diversas actividades para celebrar el mes de la Familia. Reconocemos el gran papel que juega la familia en la construcción de una sociedad más justa y solidaria, pero también, en la evangelización ya que es “Iglesia doméstica” y centro desde donde se difunde la fe en Cristo. En primer lugar, convocamos a una reunión para esposos tanto de la sede como de la Capilla Señor de los Milagros, con quienes organizamos este trabajo pastoral. Luego, en las misas del día 12 de setiembre, cuatro matrimonios dieron su testimonio en donde manifestaron cómo Dios los ha acompañado entre tristezas y alegrías, haciendo de su familia ese verdadero nido de amor y de esperanza. Luego, junto con estos mismos esposos se convocó a unos talleres tanto para adolescentes como para los padres de familia que se realizaron tanto en Cesar Vallejo como en Nueva Esperanza. Participaron tanto de la catequesis parroquial como de los colegios de la zona parroquial y en ello colaboraron eficazmente nuestros hermanos y hermanas que imparten el curso de educación religiosa con quienes venimos organizando la acción pastoral en las instituciones educativas secundarias. De esta manera, hemos podido hacer reflexionar y sobre todo, alzar nuestra voz en defensa de la familia y rescatar que es posible vivir el amor en la familia, pero para ello, hay mucho que cambiar y mejorar personalmente. ¡Manos a la obra! No olvidemos que Cristo quiso nacer en el seno de una familia. Es nuestra tarea seguir luchando por la unión de las familias.
SEMANA VICENTINA
Nuestra parroquia ha recibido una herencia maravillosa: la espiritualidad vicentina. Dios ha suscitado diversos carismas en la Iglesia y San Vicente de Paúl junto a Santa Luisa de Marillac nos han comprometido decididamente a trabajar pastoralmente en el servicio al pobre, llevándole la Buena Noticia, preocupándonos por la formación del clero y de los laicos. Hemos tenido unos días de formación vicentina tanto en Cesar Vallejo como en la sede parroquial, donde hemos conocido más sobre la vida y espiritualidad de Santa Luisa de Marillac, el testimonio escrito de San Vicente de Paúl y la vida de Mons. Emilio Lissón Chaves CM, siervo de Dios, peruano y con nuestra oración, próximo a ser elevado en los altares. Estamos en la conclusión del año jubilar por los 350 años de la muerte de estos grande “gigantes de la caridad”, Vicente y Luisa, y esto también nos abre al compromiso de siempre tener un corazón solidario para ayudar a los pobres descubriendo en ellos al mismo Cristo. También hoy es tiempo de ayudar.
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